Readers Ask About Autism
Aspecialist in developmental medicine told me, “Autism isn’t a disease, it’s a process.” By that she meant that autism is a spectrum of problems, and – more importantly – the arc of the disorder can be improved by treatment. Our reader wanted to know how we can improve parents’ acceptance of a diagnosis of autism, and the most important part of the answer lies with this concept: the sooner the problem is identified, the better the result. Nobody would question such a statement about pneumonia, heart disease, or cancer. But when it comes to problems that involve how the brain functions, people seem to take the diagnosis personally. Diagnosing someone with anxiety or depression is not making a criticism of their character. Similarly, identifying a child as autistic is not a criticism of the child or the parents. It’s a first step to understanding the child’s problem and helping that child integrate into society.
We have already learned that autism spectrum disorder (ASD) is a developmental disability that affects how people learn, communicate, interact, and behave. And we have learned that this spectrum comprises a number of different groups. The spectrum reflects the differing abilities of people who we sometimes call neuro divergent. Some common symptoms of ASD include:
- Difficulty with social communication and interaction
- Restricted or repetitive behaviors or interests
- Different ways of learning, moving, or paying attention
- Difficulty transitioning from one activity to another
- A focus on details
- Unusual reactions to sensations
When the behavior is primarily focused on attention, we may diagnose ADHD. When the behavior primarily focuses on how the world is interpreted, we may not identify autism for years or decades. But when we see that a child has difficulty with speech and communication or socialization, we have a duty to act right away and find an expert who can help to break through the barrier that isolates this child.
In the days before appropriate medical treatment was available – going back to Biblical times – people have been ostracized for diseases like skin conditions. Even in the twentieth century, people somehow felt ashamed of being diagnosed with cancer. Now think about your immediate reaction to the following diseases: leprosy, tuberculosis, AIDS. Are you afraid? Upset? Disgusted? Leprosy is now called Hansen’s Disease. It is caused by bacteria related to those that cause tuberculosis. Both tuberculosis and Hansen’s Disease are difficult to catch, treatable, and require persistent close contact for transmission. For years, the medical and government establishment ignored people with AIDS, and some people considered it a punishment for behavior they considered immoral. We are aware now that AIDS is caused by a virus that is presently incurable but treatable and is not transmissible through casual contact. Similarly, our attitude towards mental illness and substance abuse has improved as we learn more about the causes and cures. Over the past 3 or 4 thousand years, we have slowly developed a more mature and educated attitude.
We cannot afford to waste time being afraid or critical of a problem when we can be responsible for helping someone get treatment. When we see a child, whose speech is delayed, who won’t make eye contact or interact with people, who continues with solitary play long after others his age are learning to interact, or who self-stimulates by flapping his arms to deal with anxiety, we cannot expect that the child will grow out of it. Identifying a problem is the first step to correcting a problem. But identifying a problem requires accepting the possibility that there is a problem. Today, most pediatricians do routine screenings for developmental delays. Parents should ask for more clarity when they have concerns about their children. And they should be ready to accept their responsibility to advocate for their children if a problem is identified.
Robert B. Golenbock, MD, is currently retired. He has cared for children in the Danbury area for 43 years, including at the Center for Pediatric Medicine. The CPM is located at 107 Newtown Rd, #1D, Danbury, CT, 06810. For more information, please call (203) 790- 0822 or visit https://centerforpediatricmedct.com.
ESPAÑOL - Traducido por Jamal Fox
Lectores Preguntan Sobre el Autismo
Una especialista en medicina del desarrollo una vez me dijo: “El autismo no es una enfermedad, es un proceso”. Con esto, quiso decir que el autismo es un espectro de problemas y, lo que es más importante, el curso del trastorno puede mejorar con tratamiento. Uno de nuestros lectores quería saber cómo podemos mejorar la aceptación de los padres de un diagnóstico de autismo, y la respuesta más importante reside en este concepto: cuanto antes se identifique el problema, mejor será el resultado. Nadie cuestionaría esta afirmación si se tratara de neumonía, una enfermedad cardíaca o cáncer. Pero cuando se trata de problemas que afectan el funcionamiento del cerebro, las personas suelen tomar el diagnóstico de manera personal. Diagnosticar a alguien con ansiedad o depresión no es una crítica a su carácter. Del mismo modo, identificar a un niño como autista no es una crítica al niño ni a los padres. Es el primer paso para comprender el problema del niño y ayudarlo a integrarse en la sociedad.
“Pero cuando se trata de problemas que afectan el funcionamiento del cerebro, las personas suelen tomar el diagnóstico de manera personal. Diagnosticar a alguien con ansiedad o depresión no es una crítica a su carácter. Del mismo modo, identificar a un niño como autista no es una crítica al niño ni a los padres. Es el primer paso para comprender el problema del niño y ayudarlo a integrarse en la sociedad.”
Ya hemos aprendido que el trastorno del espectro autista (TEA) es una discapacidad del desarrollo que afecta cómo las personas aprenden, se comunican, interactúan y se comportan.
También sabemos que este espectro comprende varios grupos diferentes, reflejando las diversas habilidades de las personas a las que a veces llamamos neurodivergentes. Algunos síntomas comunes del TEA incluyen:
- Dificultad con la comunicación e interacción social
- Conductas o intereses restrictivos o repetitivos
- Diferentes formas de aprender, moverse o prestar atención
- Dificultad para pasar de una actividad a otra
- Un enfoque en los detalles
- Reacciones inusuales a las sensaciones Cuando el comportamiento se enfoca principalmente en la atención, podemos diagnosticar TDAH.
Cuando el comportamiento se enfoca principalmente en la interpretación del mundo, es posible que no identifiquemos el autismo durante años o décadas. Pero cuando vemos que un niño tiene dificultades con el habla, la comunicación o socialización, tenemos el deber de actuar de inmediato y buscar un experto que pueda ayudar a romper la barrera que aísla a este niño.
En los días previos a la disponibilidad de tratamientos médicos adecuados, desde los tiempos bíblicos, las personas han sido marginadas por enfermedades como las condiciones de la piel. Incluso en el siglo XX, algunas personas sentían vergüenza de ser diagnosticadas con cáncer. Ahora piense en su reacción inmediata a las siguientes enfermedades: lepra, tuberculosis, SIDA. ¿Le producen miedo? ¿Malestar? ¿Repulsión? Hoy en día, la lepra se llama enfermedad de Hansen, causada por bacterias similares a las que provocan la tuberculosis.
Tanto la tuberculosis como la enfermedad de Hansen son difíciles de contraer, tratables y requieren contacto cercano y persistente para transmitirse. Durante años, las autoridades médicas y gubernamentales ignoraron a las personas con SIDA, y algunas personas lo consideraban un castigo por comportamientos que juzgaban inmorales.
Ahora sabemos que el SIDA es causado por un virus que actualmente no tiene cura, pero es tratable y no se transmite por contacto casual. De manera similar, nuestra actitud hacia la enfermedad mental y el abuso de sustancias ha mejorado a medida que aprendemos más sobre sus causas y posibles tratamientos. A lo largo de los últimos 3 o 4 mil años, hemos desarrollado una actitud más madura y educada.
No podemos permitirnos perder el tiempo temiendo o criticando un problema cuando podemos ayudar a que alguien reciba tratamiento.
Cuando vemos a un niño cuya habla está retrasada, que no hace contacto visual ni interactúa con las personas, que continúa con juegos solitarios mucho después de que otros niños de su edad están aprendiendo a interactuar o que se autoestimula moviendo sus brazos para lidiar con la ansiedad, no podemos esperar que el niño “supere” esta etapa. Identificar un problema es el primer paso para corregirlo.
Pero identificar un problema requiere aceptar la posibilidad de que exista. Hoy en día, la mayoría de los pediatras realizan exámenes de rutina para detectar retrasos en el desarrollo. Los padres deben pedir claridad cuando tengan inquietudes sobre sus hijos y deben estar dispuestos a aceptar su responsabilidad de abogar por ellos si se identifica un problema.
Robert B. Golenbock, MD, actualmente jubilado, ha cuidado a niños en el área de Danbury durante 43 años, incluido en el Centro de Medicina Pediátrica. CPM está ubicado en 107 Newtown Rd, #1D, Danbury, CT, 06810. Para más información, llame al (203) 790-0822 o visite https://centerforpediatricmedct.com.